Desde los albores de la actual civilización han ido
sumándose día a día los que ningún esfuerzo hacen
por superar su inercia mental y volitiva. De las facultades
de su inteligencia1 sólo funcionan con preponderancia la
imaginación y la memoria. Las demás trabajaron y trabajan
sólo por necesidad o por algún apremio, observándose
siempre una acentuada insuficiencia, debido a su habitual
inercia. Nos estamos refiriendo a la mayoría de los seres, al
hombre que no ha organizado su sistema mental en modo
que todas las facultades de su mecanismo inteligente funcionen
alternada y activamente en el oficio constructivo que
deben desempeñar.
Comentarios recientes